¿Cuántas veces se fracasa en lo que se quiere lograr y casi siempre la culpa es de cualquier cosa? Aun así intentamos algo nuevo pero se repite el mismo resultado.
El primer paso para alcanzar las metas y sueños es saber cuánto valemos en realidad. Alguien dijo: “Nunca Pierdas tu valor con una persona que no sabe lo que tiene, si tú sabes lo que vales, buscarás lo que mereces”
¿Estás preparado para tener un corazón de campeón?
“Nunca Pierdas tu valor con una persona que no sabe lo que tiene, si tú sabes lo que vales, buscarás lo que mereces”
Definitivamente alguien en su sano juicio siempre va a desear vivir una vida extraordinaria, alcanzar metas, sueños o quizás se mira en la imaginación en los éxitos que otros han alcanzado. Los más jóvenes anhelan ser grandes deportistas, cantantes, youtubers, reconocidos gamers, artistas, exitosos profesionales.
Y está bien, porque los sueños y anhelos los ha puesto Dios en el corazón de cada persona según sus dones y talento. Dice el Texto “Porque Dios es el que produce en nosotros el querer como el hacer, por su buena voluntad” Filipenses 2:13.
Pero el tiempo pasa y de pronto nada de lo que alguna vez se soñó se pinta materializado y es allí donde el tiempo, el contexto, el lugar donde nací, mi familia, la falta de dinero, la falta de oportunidad, la iglesia, el apellido, el universo, la vaca, todo tiene culpa, todo conspiró para lograr los sueños, menos el yo interior.
Otros por el contrario si logran fama, metas propuestas, prestigios y reconocimiento, pero al final no son felices.
Entonces ¿Cuál es el secreto para alcanzar el verdadero propósito de tu vida?
Es menos complicado de lo que se imagina, pero requiere voluntad y disciplina.
El resultado de una vida plena la obtienes cuando descubres el propósito por el cual fuiste creado, lo que generará en ti el conocimiento de cuánto vales realmente. Por lo tanto debes conocer a tu creador, ver el diseño original y trabajar en lo que fuiste planteado. Tu creador es Dios y debes reconocerlo y buscarlo. Dice la Escritura
“Tu Formaste mis entrañas, me hiciste en el vientre de mi madre” Salmos 139:13.
Por eso vemos hombres y mujeres que viven una vida tan plena sin importar su situación o contexto y a la final terminan viviendo lo que se proponen y felices. Porque descubren este principio.
No importa si te han dicho que no vales o no significas nada para esta sociedad, quizás tus propios seres queridos te han catalogado como alguien insignificante, pero a pesar de todo lo que pueda a llegar a conocerte alguien, Nadie te conocerá como Dios te conoce.
Un ejemplo de Una Vida Plena por darle la prioridad a Dios
Neil Amstrong Fue uno de los primeros hombres que pisó la luna y cuando el módulo tocó su superficie Armstrong descendió, dejó su huella y pronunció en directo para millones de telespectadores, aquella frase: "Un pequeño paso por un hombre, un gran paso para la Humanidad".
Sin embargo antes de morir a sus 82 años, después de haber visitado Jerusalen en 1988, y haber caminado por un lugar donde Jesucristo también camino dijo con mayor emoción lo siguiente:
"Para mí significa más haber pisado estas escaleras que haber pisado la Luna".
La que consideró su mayor hazaña que le llevó a tener una vida plena no fue su paso por la luna, eso le dio fama, prestigio y reconocimiento a Amstrong, pero su mayor plenitud fue según su propia vida, el haber seguido los Pasos del Maestro.
"Para mí significa más haber pisado estas escaleras que haber pisado la Luna".
Querido Amigo o Amiga, si te acercas a tu creador sabrás realmente cual es tu valor, y sabrás que tu valor fue tan alto que le costó la vida al mismo hijo de Dios y allí llegarás a la plenitud de un corazón de campeón.
Lcdo. Carlos Terán
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